Por:
Pavlusha Luyando Joo
policlinicosagradafamilia@gmail.com
Lima- Perù
La libertad se debe educar conforme a los dictámenes de una
recta conciencia, por ello es necesario formar una buena conciencia en los
niños.
La libertad con una conciencia mal formada, es origen de
innumerables males para la persona y para la sociedad.
La formación de la conciencia es una de las tareas más
delicadas y difíciles que existen, porque tal y como vamos a educar desde
pequeños a los niños, así será la sociedad más tarde; pues no hay que olvidar
que la sociedad es la suma de individuos.
Lamentablemente en la actualidad por la diversidad de
criterios, no todos están dispuestos a seguir los caminos correctos para
educar, la visión relativista en el mundo correcto hace creer que todo es
válido, que toda idea se debe aceptar (por más aberrante que sea) y que no hay
nada que cuestionar.
Hoy incluso; el término “intolerancia” se aplica
indiscriminadamente hasta en quienes alzan su voz (con razones justificadas)
contra algunas formas de proceder, o ideas erróneas que pueden afectar el bien
común, sobre todo a la educación de os niños.
Pero..¿Qué es la
conciencia?
La conciencia es la inteligencia del hombre, que dictamina
la moralidad de sus acciones, que distingue entre lo lícito y lo ilícito, lo
que debe hacer y lo que debe evitar.
Procurar vivir con moralidad es algo muy importante, para el
bien común. En un sociedad en, la falta de respeto así mismo y al prójimo, donde
no se obedece las líneas de autoridad, donde no hay respeto a lo histórico ni a
lo sagrado; se convierte en un sociedad decadente e influye en las
contradicciones sociales, ya que los individuos viven en desarmonía; sin un
plan común, por lo caótico que resulta vivir anárquicamente como cada uno se le
antoja, derivando corrupción en todos los estamentos de la sociedad.
Una sociedad en donde no se traza adecuadamente la dirección
en cuanto a los valores que se quiere, se torna decadente.
Por ello formar la conciencia es muy importante, porque ella
es el testigo, y el juez; la conciencia es Dios que habla la verdad en el
corazón de los hombres. Guiarse por una recta conciencia es indudablemente
seguir la voluntad divina.
La conciencia es el núcleo, es el sagrario del hombre, es la
voz que resuena en lo más hondo del alma.
Allí el hombre, se decide por el bien o por el mal, escoge
entre el triunfo y la derrota, entre el sacrificio o la renuncia. La conciencia
es el guía, que señala el camino seguro.
Una conciencia que no es recta, se deja llevar por el
capricho y se aparta de las normas de la moral. La conciencia a veces se puede
equivocar, por ignorancia invencible, es decir; la persona ni siquiera cae en
la cuenta de que la tiene; a pesar de que intuye y donde los medios para darse
cuenta pero no logra disiparla. Las acciones echas por un conciencia errónea
carecen de culpa.
Sin embargo el hombre muchas veces no pone empeño en
averiguar qué cosa es lícita o ilícita y entonces su ignorancia es culpable; ya
que su ignorancia puede disiparla pero no quiere.
Los actos cometidos por una conciencia culpablemente mal
formada serán culpables también.
La conciencia se puede cegar por el hábito de hacer el mal,
la costumbre de hacer cosas inmorales adormece la conciencia. El mal produce un
efecto fatal en la conciencia de quien lo comete. Poco a poco la persona no distinguirá
entre el bien y el mal, o en los peores casos le dará igual.
La educación moderna no debe basarse solamente enseñar
conocimientos. La tarea crucial en la actualidad es enseñar a clasificar la
gran cantidad de conocimiento que se tiene; ya que no todo conocimiento es
bueno sino se puede discernir si es para el bien o para el mal.
El mal ejemplo generalizado es también un factor importante,
por ello los padres deben examinar cuidadosamente el criterio de las personas
que rodean a los hijos, apartar de ellos a gente que tiene el criterio torcido
y que puede generar un mal en los hijos.
Pero ¿Qué es lo bueno y que es lo malo?
Para encontrar la respuesta debemos primero ubicar un punto
de referencia. El punto referencial es importantísimo; ya que de ello depende
encontrar la verdad:
“Amarás a Dios sobre todas las cosas y la prójimo como a ti
mismo”, en eso se resume la enseñanza para encontrar la verdad. Dios al centro
de todo; condición indispensable para poder discernir.
De esta forma en cualquier área de desarrollo humano; sea en
cualquier oficio, actividad o profesión, o simplemente en lo más cotidiano de
nuestras actividades; a través de esa enseñanza podremos encontrar el verdadero
camino; esa será nuestra conciencia.
Tarea de los padres y maestros: formar la conciencia.
Condición indispensable: tener bien formada la conciencia propia. El lenguaje
más eficaz: el ejemplo.
El enemigo principal de la conciencia: Los mismos padres, si
ellos no tienen la conciencia bien formada, será imposible que formen a sus hijos.
En muchos casos es imposible que la persona pueda discernir
sola, es necesario la ayuda, la dirección de personas piadosas de moral
intachable, para ello no es difícil darse cuenta donde están, sus obras se reflejan
siempre el bien.
Procuremos educarnos, para cultivar nuestra conciencia y
poder orientar a las nuevas generaciones, de ello depende el futuro de nuestra
nación.
No hay decisión más irracional en las personas que buscan el
bien para sus hijos; que dejarlos al libre albedrío; o que los eduque la
televisión, la radio o el Internet.
Si analizáramos con justa rectitud todos estos argumentos,
encontraríamos la respuesta del porque el mundo hoy está como está…
En el mundo de hoy, se hace el mal sin creer que se hace el
mal, con lo cual no queda espacio para el arrepentimiento ni para la enmienda.
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